Los niños se convierten en personas emocionalmente apegadas a sus primeros cuidadores, que, por lo general, son los padres en el hogar familiar. Este vínculo se transfiere con el tiempo a la edad adulta, convirtiéndose en pilar fundamental de las relaciones sociales y de pareja. Se ha analizado la relación que tanto el apego adulto como la inteligencia emocional, desarrollada en el sujeto, tienen con la estructura familiar formada a partir de una relación de pareja. Para llevar a cabo el estudio de esta relación, se analiza el Estilo de Apego y la Inteligencia Emocional de los sujetos y el Sistema Familiar formado, según el Modelo de Olson (1979). Se realiza un análisis de esta relación para proponer una acción preventiva sobre estas variables, entendiendo que éstas van a condicionar la estructura familiar que se crea. A partir de esa estructura se desarrollaran estilos de apego adaptados y niveles de inteligencia emocional que ayudaran a un buen desarrollo psicoafectivo. Es precisa la investigación y el desarrollo de modelos educativos para todas las edades, que promuevan y favorezcan el bienestar personal y social, similares a los expuestos en esta obra.